lunes, 10 de abril de 2017

Ser revolucionario hoy

Anarquismo, anarcosindicalismo y movimiento libertario

Aunque este debate parecía, al principio, limitado al anarcosindicalismo, en realidad es una reflexión sobre las ideas anarquistas y los proyectos de utopía que estas ideas inspiran en cuantos y cuantas se reclaman hoy de ellas. De ahí la necesidad de recordar que el anarcosindicalismo, a pesar de ser considerado como una rama del anarquismo vinculada al movimiento obrero, es un sindicalismo en el que las ideas anarquistas tienen primacía en la acción sindical de cuantos se proclaman anarcosindicalistas e intentan poner fin a la explotación del hombre por el hombre a través de sindicatos autónomos y asamblearios. Esta simbiosis ideológica hace que, de más en más, anarquismo, anarcosindicalismo y movimiento libertario sean considerados y utilizados como sinónimos; pues en los tres casos se designa a un conjunto de hombres y mujeres que luchan por la anarquía. De ahí que la renovación, reformulación o recomposición del anarcosindicalismo lo sea también del anarquismo y del movimiento libertario, e in fine de las ideas anarquistas. Ese ideario y esa praxis comunes a cuantos y cuantas —se proclamen anarquistas, anarcosindicalistas o libertarios— tratan de subvertir el entramado social y político de la explotación y la dominación para hacer posible una sociedad de igualdad social, equidad económica y libertad.
Es pues obvio que esta tarea, se la llame renovación, reformulación o recomposición, concierne por igual a anarquistas, anarcosindicalistas y libertarios. No sólo por tener la misma voluntad de subversión del orden social imperante y la misma pasión por abrir paso a la utopía emancipadora sino también porque deben hacer frente a la misma realidad económica, política y social, como a la misma violencia de los sectores regresivos de la sociedad. Una voluntad subversiva y una pasión emancipadora que no surgen de la adhesión a una ideología, a una doctrina o a una teoría social, sino de la conciencia de llegar a la plenitud de nuestra humanidad a través de la libertad y el respeto y apoyo mutuos. Principios que, como lo han probado en la historia y lo siguen probando en las luchas actuales, anarquistas, anarcosindicalistas y libertarios no han abandonado nunca; pese a que no siempre les ha sido posible ser consecuentes con ellos en la práctica. De ahí la necesidad de saber si la renovación, reformulación o recomposición puede concernir también a los principios o sólo concierne a las viejas formas de luchar frente a las nuevas formas de la dominación-explotación capitalista (sea privada o de Estado). [...]

Octavio Alberola

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