lunes, 10 de julio de 2017

Anarquía sin adjetivos

Quisiera explicar con claridad la idea que me hago de la táctica revolucionaria de los anarquistas franceses; por ello, no pudiendo escribir una serie de artículos como haría falta, os envío esta carta. De ella extraeréis lo que contenga de bueno.
La decisión revolucionaria no ha faltado nunca en el carácter francés, habiendo demostrado los anarquistas, en infinidad de circunstancias, que no carecen de propagandistas y de revolucionarios. El número de adherentes es bastante amplio y con grandes pensadores, propagandistas decididos y adeptos entusiastas; Francia, en verdad, es el país donde se producen menos actos importantes para la Anarquía. Esto es lo que me hace pensar. He aquí por qué os he dicho que creía no ser buena vuestra táctica revolucionaria. Nada fundamental separa a los anarquistas franceses de los anarquistas españoles y, sin embargo, en la práctica, nos encontramos a gran distancia. Todos nosotros aceptamos la Anarquía como la integración de todas las libertades y su sola garantía; como la impulsión y la suma del bienestar humano. No más leyes ni represiones; desarrollo espontáneo, natural en todos los actos. Ni superiores ni inferiores, ni gobiernos ni gobernados. Anulación de toda distinción de rango; solamente seres conscientes que se buscan, que se atraen, discuten, resuelven, producen, se aman, sin otra finalidad que el bienestar común. Así es como todos concebimos la Anarquía, como todos concebimos la sociedad del porvenir; y es para la realización de esta concepción que trabajamos todos. ¿Dónde, pues, están las diferencias? [...]

Fernando Tarrida

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