El trazado del eje organizativo puede ser un auténtico quebradero de cabeza si no nos desprendemos de las perspectivas y las construcciones institucionales y partidistas que han contaminado el imaginario popular en España en los dos últimos años de campaña electoral y, por supuesto, no somos capaces de derrochar fuertes dosis de imaginación para trabajar sobre sus ruinas. Después de la colosal farsa de la confluencia, del incierto frente único de Podemos y de su apropiación y perversión del espíritu del 15M al más puro estilo de la propaganda ultraderechista, es lógico que surjan dudas sobre cómo volver a empezar. Podríamos partir de que la izquierda —institucionalista y reformista— es un invento de la derecha y que las luchas y los movimientos sociales no se presentan a las elecciones. [...]
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