lunes, 16 de mayo de 2016

La catástrofe del parlamentarismo

La participación en la política de los Estados burgueses no ha conducido al movimiento obrero a la más insignificante aproximación hacia el socialismo; antes bien, a causa de tal método, el socialismo ha sufrido casi su total aplastamiento y se ha llegado a ver reducido a la insignificancia. Hay un viejo proverbio inglés que dice: «Quien come patata, muere de empacho», y podría modificarse en esta «Quien come Estado, muere de empacho». La participación en la política parlamentaria ha afectado al movimiento obrero en forma de veneno engañoso. Ésa fue la causa de que se perdiera la fe en la necesidad de proceder a una actuación socialista constructiva, y lo que es peor, el impulso del propio esfuerzo, inculcando al pueblo la desastrosa ilusión que hace esperar toda salvación de lo alto.
De esta manera, en vez del socialismo creador de la antigua Internacional, fomentó una especie de producto sucedáneo que nada tiene que ver con el verdadero socialismo, salvo en el nombre. El socialismo perdió rápidamente su carácter de ideal de cultura con la misión de preparar a los pueblos para provocar la disolución de la sociedad capitalista y que, por consiguiente, no podía ser contenido por las fronteras artificiales de los Estados nacionales [...]

Rudolf Rocker


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